Nota de presentación por Nicolas Philibert
Breve nota de presentación del proyecto redactado en diciembre de 1987. Había conocido a Roger Lapébie unas semanas antes en la gala de inauguración de un Festival de "vídeos deportivos" que se celebraba en Arcachon. Estábamos sentados en la misma mesa y nos pusimos a charlar… Dos horas después, había nacido la idea de una película. Hay que señalar que el modesto presupuesto conseguido para el proyecto no me permitiría, desgraciadamente, seguir la París-Niza, como se había previsto inicialmente. Me tuve que conformar con filmar la etapa prólogo, por las calles del distrito XIII de París.
A sus 77 años, Roger Lapébie es el ganador del Tour de Francia de mayor edad, vivo. Su victoria de 1937 – hace justo medio siglo, nos remite a este ilustre período de Preguerra que ahora parece pertenecer a otra era, si pensamos que los grandes puertos de los Alpes y de los Pirineos se subían aún por caminos de tierra.
En realidad, en aquel mes de junio de 1937, nadie hubiera apostado un duro por Lapébie, quien, ese año, acababa de ganar la París-Niza y el Criterium Nacional. Padecía de hernia lumbar, por lo que estuvo dudando durante mucho tiempo si participar o no en la prueba. Muchos especialistas trataron de disuadirle, considerando que era necesario operar. Incluso la prensa había adoptado su propia postura, planteando la siguiente pregunta: “¿Es razonable ofrecer una plaza en el Equipo de Francia a un corredor que probablemente no supere la montaña?”
4.500 kilómetros después, tras miles de peripecias, la caída trágica de Bartali, el abandono colectivo de los belgas, sin olvidar el intento de sabotaje que descubrió en su propia bicicleta la mañana de la etapa 17ª (“alguien” había serrado el manillar), triunfaba contra todo pronóstico y, tubular al hombro, entraba a formar parte de la leyenda.
Un año antes, en los Juegos de Berlín, Guy Lapébie, su hermano menor, se había convertido en campeón olímpico de persecución.
Cincuenta años después de aquella aventura… el “último Mohicano” vive en Talence, a las afueras de Burdeos. Su régimen de vida parece el de un corredor en activo: régimen alimenticio estricto, entrenamiento casi diario. Cada semana, recorre más de 300 kilómetros en bicicleta y, los domingos, participa en competiciones con los amigos. Fiel a su pasión de siempre, sigue participando año tras año en el Tour de Francia en calidad de... ¡conductor! Una presencia discreta que le mantiene en estrecho contacto con el ciclismo profesional.
¡Dale, Lapébie!, película de 26 minutos destinada a las televisiones francesas y extranjeras, no pretende retratar de manera especializada y exhaustiva la carrera de este ex-campeón. La película, que tiene un enfoque más cinematográfico que periodístico, propone un retrato del presente. Y, aunque se vean algunas imágenes de archivo, sólo se utilizan como imágenes-recuerdo, reminiscencias mentales, fragmentarias, de nuestro protagonista, más que con fines enciclopédicos.
Pero, vayamos a los esencial: el próximo mes de marzo, Roger Lapébie tomará la salida de la París-Niza, primera carrera por etapas de la temporada, en calidad de Director Técnico; un puesto clave que sitúa al que lo desempeña en pleno centro del dispositivo logístico de la carrera, obligándole a ajustar miles de detalles diarios y a recorrer casi el doble de kilómetros - ¡en coche, eso sí! - que el recorrido total en bicicleta.
Esta prueba, que reúne cada año a los mejores del ciclismo internacional y congrega en las cunetas de las carreteras a cientos de miles de espectadores, será uno de los hilos conductores de la película. Así, durante ocho días filmaremos la carrera y lo que pasa entre bastidores, siguiendo a Lapébie como si fuéramos su sombra; retrato en continuo movimiento, que quiere subrayar la vivacidad extrema del protagonista.
Pero también iremos al encuentro de un Lapébie más íntimo, en su casa, en Talence, en los lugares poblados por su soledad, o incluso en el seno del clan familiar; la posibilidad de filmarle con su hermano "pequeño" (Guy tiene 73 años) y con los amigos de siempre. Juntos y en bicicleta nos harán descubrir sus senderos preferidos.